Escuela, hijos y anhelos.
(1°
parte) Carlos Lamas
Meses atrás, en un reunión
gastronómica que compartimos algunos compañeros, Pachi Pasquaré –docente y
coordinador del Proyecto Duele Malvinas Duele- dio cuenta del
golpe que recibió al llegar al CEPT. Docente inquieto, habilitador incansable
en la creación de espacios de aprendizaje, él –Pachi- desembarcó en esta
institución que le dio la bienvenida con un: trabajá procurando hacer la escuela que anhelás para tus hijos. Pachi recibió el impacto. Él que siempre
trabajó en los márgenes, quedó , con solo unas simples palabras , desorientado
y del otro lado del mostrador.
Los que hacemos el CEPT
–Consejeros, chicos, docentes y padres- logramos una institución en donde
aquéllos que presenten proyectos innovadores, que generen movimiento, que
provoquen pensamiento, tengan lo necesario para llevarlo adelante. Aquellos
inquietos van a tener compañeros a su lado para concretar la experiencia de
aprendizaje. De ahí, de ese espíritu buscador nace el proyecto Duele
Malvinas duele. Sin dudas una excusa para tejer una experiencia.
Respondiendo a la convocatoria de la Comisión Provincial por la Memoria, comienzan
los primeros movimientos de investigación histórica y definición del producto,
en donde el grupo acordó realizar un video interactivo. Los chicos comenzaron a
reunirse en alternancia y en una entrevista, a Enrique Cabral, soldado
combatiente, nació la posibilidad de hacer algo en la plaza dedicada a las Malvinas
de nuestra localidad. Con el correr, comenzó a analizarse la forma de viajar a
Chapadmalal en donde se encuentran todas las escuelas que resultaron
beneficiarias del programa educativo en que está inscripto el proyecto. De ahí
nace la posibilidad de pagar el viaje a partir de la construcción de cajones
peruano-flamencos en el taller del CEPT. En cept12ventana.blogspot.com, se puede ver un video que captura el espíritu
genuino del trabajo.
El proyecto DMD es una oportunidad
para participar y estudiar. No podemos dejar de analizarlo -porque está
sucediendo y los movimientos que puedan seguir saliendo demandan atención para
interpretarlos y acompañar el proceso-
dado que constituye, además, un excelente insumo de trabajo. La labor
pedagógica que está desplegando este proyecto me entusiasma y demuestra que hay
muchas formas de hacer escuela y que la potencia que ésta tiene debería ser
explotada más allá del aula. Pachi lo entendió bien y DMD es un proyecto que
hace una escuela que anhelo para León y Mora, mis hijos.
Los miedos y la confianza. (2° parte
de Duele Malvinas Duele)
Carlos Lamas
¿Y si intentamos que los
chicos aprendan como lo hacen en la vida real? ¿Y si los maestros y profesores
no despojamos del miedo a lo que no conocemos ni controlamos? ¿Y si aprendemos
a leer los deseos de aprender – qué y cómo- de los chicos? ¿Y si nos
convencemos que de esta forma es como se hace la escuela? Estas y muchas otras
inquietudes nos conducen a proyectos como el que están llevando adelante un
equipo integrado por chicos y profesores del CEPT N°12.
Si bien el primer paso,
la excusa inicial está dada en una investigación de carácter histórico político,
y que ella debe ser llevada adelante con rigor; de ahí se despliegan otros movimientos de
igual jerarquía que incluye a un mayor número de pibes interesados. Porque ahí
esté el talento artístico, artesanal del docente: en convertir un proyecto de
investigación en algo vivo que pueda cobijar varias formas de expresión. Habrá
algunos alumnos interesados en la búsqueda bibliográfica, otros en la
composición musical, otros en la fotografía, otros en las entrevistas, otros en
el trabajo de arte, otros en el guión, otros en el de edición y así sigue la
lista. Pero, conscientes o no, todos se embarraron con la discusión política
original, todos aprendimos de todos con cada una de las perspectivas de trabajo
durante el proceso de un producto.
El proyecto DMD (Duele
Malvinas Duele) habilita a docentes y alumnos a explotar sus deseos y
potencias, a transitar por territorios en los que los chicos se mueven con
comodidad, en tanto que los adultos debemos confiar en la guía que nos
pueden proporcionar los jóvenes. De estas experiencias, chicos y grandes
salimos transformados.
Financiamientos (3° parte sobre DMD)
Carlos Lamas
El financiamiento es un
problema cultural argentino digno de ser
analizado desde la antropología. Las formas
y los procesos en que decidimos colectivamente gestionar los fondos para ejecutar algún proyecto de
carácter social está influido por una subjetividad nada inocente y sumamente
dañina en lo que se refiere al funcionamiento y consolidación de las
instituciones republicanas. El caso en
cuestión es el movimiento que realizaron los docentes y alumnos del CEPT para
pagar el viaje a Chapadmalal en el marco del proyecto DMD.
Días atrás, escuché decir
a Pachi Pasquaré, coordinador del proyecto y de esta actividad, (la
construcción de cajones flamencos-peruanos a los efectos de reunir fondos para
pagar el viaje) que la idea y su ejecución salió por casualidad. No sólo no
estoy de acuerdo con esa declaración sino que lo desafío a que vuelva a
interrogarse sobre la cuestión, y sin duda, va a encontrar que esta idea ya
anidaba en su cabeza. Y como dice un compañero en el CEPT, las casualidades no
existen. Este movimiento es realmente muy interesante porque desafía taras que
están enquistadas en nosotros, que nos despotencian, que nos impiden hacer comunidad.
La pequeñez, la
patanería, la indiferencia, la ignorancia ( se podría seguir enunciando
características ) de quienes gerencian los organismos estatales afectaron la capacidad de crear a partir de
contextos desalentadores. Por ejemplo
cuando se hace algo para participar en alguno de los muchos espacios públicos que
los funcionarios no atienden, a la corta o a la larga, mejor o peor
organizados, en algún momento vamos a necesitar plata. Y ahí el problema que
busca la solución en el pedido al gobernante-administrador, al funcionario.
Sin duda, la solicitud de fondos
públicos para llevar adelante un proyecto social debería estar siempre listo
para un grupo de ciudadanos interesados en involucrarse en la mejora de su
comunidad, incluso la asistencia de algún técnico que asista de oficio. Pero no
es así y lo peor son las consecuencias pedagógicas que encierran estos hábitos.
Financiar un viaje con la
elaboración de estos instrumentos musicales implica un acto de emancipación,
fundamentalmente intelectual pero también material. Apelar al pedido que el
trabajo colectivo tiene significado profundo
por los dos conceptos: trabajo y colectivo. Trabajar como actividad humana,
creativa, espiritual; como acto de
rebeldía a la pereza; pero asimismo como una actividad que libera la potencia de los jóvenes. En lo que se refiere a la dimensión colectiva
apelo al Oesterheld: nunca el héroe sólo sino en grupo. Otro acto de rebeldía
en los tiempos que corren.
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